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miércoles, 13 de junio de 2012

Foucault

Es falso decir con 'cierto posthegeliano célebre' que la existencia concreta del hombre es el trabajo. Ya que la vida y el tiempo del hombre no son por naturaleza trabajo, son: placer, discontinuidad, fiesta, reposo, necesidades, apetitos, violencias, depredaciones, etc. El capital debe transformar toda esa energía explosiva en una fuerza de trabajo continua y continuamente ofrecida en el mercado. El capital debe sintetizar la vida en fuerza de trabajo, lo que implica una coerción: la de un sistema de secuestro. La astucia de la sociedad industrial fue, para ejercer esta coacción, retomar la vieja técnica usada del encierro de los pobres. Si es cierto que la estructura económica caracterizada por la acumulación de capital tiene como propiedad transformar la fuerza de trabajo en fuerza productiva, las estructuras de poder que tienen la forma del secuestro tienen como finalidad transformar el tiempo de vida en fuerza de trabajo. El secuestro es el correlato en términos de poder de lo que en términos económicos es la acumulación del capital.