_

martes, 6 de septiembre de 2011

GILLES DELEUZE




De fragmentos recopilados en diferentes lecturas.





Decir. Hacer. Desear.

"
Es más fácil decir que hacer, porque es fácil decir que hay que vivir encontrando a las personas, las cosas, las ciudades, los libros que a uno le convienen, que los encuentros convenientes harán crecer la potencia de vida y por tanto la alegría"..... "Lo difícil es saber cuales son esas cosas que me convienen y cómo encontrarlas".... "Delirar es, en cierto modo, desear"...


..."Lo difícil no es conseguir lo que se desea, lo difícil es desear"....



Saber

"¿Acaso tenemos la culpa de que Lawrence, Miller, Kerouac, Burroughs, Artaud, Beckett, sepan más acerca de la esquizofrenia que los psiquiatras y los psicoanalistas?"




Ser libre.


..."Fue Nietzsche, a quien leí tarde, el que me sacó de todo aquello. Porque es imposible intentar con él semejante tratamiento. Es él quien te hace hijos a tus espaldas. Despierta un placer perverso (placer que nunca Marx ni Freud han inspirado a nadie, antes bien todo lo contrario): el placer que cada uno puede experimentar diciendo cosas simples en su propio nombre, hablando de afectos, intensidades, experiencias, experimentaciones. Es curioso lo de decir algo en nombre propio, porque no se habla en nombre propio cuando uno se considera como un yo, una persona o un sujeto. Al contrario, un individuo adquiere un auténtico nombre propio al término del más grave proceso de despersonalización, cuando se abre a las multiplicidades que le atraviesan enteramente, a las intensidades que le recorren. El nombre como aprehensión instantánea de tal multiplicidad intensiva es lo contrario de la despersonalización producida por la historia de la filosofía, es una despersonalización de amor y no de sumisión. Se habla desde el fondo de lo que no se conoce, desde el fondo del propio subdesarrollo. Uno se ha convertido entonces en un conjunto de singularidades libres, nombres y apellidos, uñas, cosas, animales y pequeños acontecimientos: lo contrario de una vedette"...




Donde estamos?


"Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un 'interior' en crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc"


"Los ministros competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo.

Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que están golpeando a la puerta. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias"





Alegrias.


Uno siente la alegría cuando efectúa...Cuando hace realidad una de sus potencias. Volvamos a nuestros ejemplos:  "yo conquisto por poco que sea un pedazo de color...entro un poco en el color"...¿te das cuenta la alegría que eso puede suponer? Y es eso, eso es colmar una potencia, efectuar una potencia.....Pero entonces es la palabra potencia lo que resulta equívoco. Por el contrario ¿qué es la tristeza? se da cuando estoy separado de una potencia de la que, con razón o sin ella, me creía capaz, "Ah, podría haber hecho eso...,pero las circunstancias... o bien no me está permitido o lo que sea, pues eso es la tristeza. Habría que decir: toda tristeza es el efecto de un poder sobre mí. Sí, como decía, efectuar algo de la propia potencia es siempre bueno, es lo que dice Spinoza.


Naturalmente eso plantea problemas, que requieren algunas precisiones. No hay potencia mala; lo que es malo, habría que decir, es el grado más bajo de la potencia y el grado más bajo de la potencia es el Poder. Me refiero a ... ¿Qué es la maldad? Es impedir que alguien haga lo que puede.
La maldad es impedir que alguien haga...que efectúe su potencia. De modo que no hay potencia mala, hay poderes malos. Y tal vez, todo poder sea malo por naturaleza, no necesariamente, porque sería demasiado fácil decirlo, pero se trata de la idea de la confusión entre el poder y la potencia.
Es una idea ruinosa porque el poder siempre separa a la gente que está sometida de aquello que pueden hacer. De modo que Spinoza parte de ahí, como tú decías la tristeza está ligada a los sacerdotes, a los tiranos, a los jueces, se trata de gente que siempre separa a sus súbditos de aquello que éstos pueden, que prohiben efectuaciones de potencia.

En ese sentido el poder es siempre un obstáculo a la realización de las potencias. Mientras que yo diría que todo poder es triste, sí, y que aunque aquellos que tienen el poder se regocijan mucho de tenerlo, lo suyo es una alegría triste. Hay alegrías tristes, es una alegría triste.


En cambio la alegría es la realización de una potencia. Además no conozco alguna potencia que sea mala...El tifón es una potencia que debe regocijarse en su alma, pero no se regocija de destruir las casas, se regocija de ser.
Uno debe regocijarse de ser lo que se es, de haber llegado allí donde se está.

La alegría no es estar contento consigo mismo, en absoluto, no es el placer de estar consigo mismo, es el placer de la conquista, como decía Nietzsche. Pero la conquista no consiste en sojuzgar a la gente.
La conquista es, por ejemplo para un pintor, conquistar el color..., eso sí es una conquista, sí. Ahí está la alegría. Aunque la cosa acabe mal, porque en esos asuntos de potencia, cuando se conquista una potencia o cuando se conquista algo en una potencia, puede resultar demasiado potente para la persona misma, que puede venirse abajo...¡Van Gogh!

No hay comentarios:

Publicar un comentario